Cuando naci, mi madre tuvo muchas complicaciones en el parto, me sacarón sujetándome la cabeza con unas pinzas llamadas forceps que me produjeron algunas secuelas. A parte de esta complicación, nací con 8 meses de gestación. Estuve sujeto a la vida a través de una máquina con muchos cables conectados a mi cabeza. Los médicos no me daban esperanzas de vida. Mis padres no tenían pensado llamarme Jesús, pero mi madre prometió que si salía adelante me llamaría Jesús. Salí adelante y mis padres me bautizaron con este nombre tan especial. JESÚS. Sinceramente creo que es el nombre con más fuerza del mundo. Creo en Dios, el me ayudo a vivir. No creo en la Iglesia, me parece un negocio lucrativo. Un saludo para todos.
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