Apellido castellano poco frecuente y registrado, indistintamente, como “de San Antonio” o San Antonio, procedente de alguno de los lugares así llamados en Castilla, o bien de la adopción del nombre de alguno de los santos llamados san Antonio, en señal de extrema devoción al mismo.

En determinados casos, fue apellido adoptado por moros y judíos conversos, que afirmaban así su nueva fe frente a sus vecinos. Hubo por tanto, distintas casas del apellido, no emparentadas entre sí. De origen etimológico incierto, el nombre Antonio procede del gentilicio romano –Antonius-, y está vinculado con Antenius, Antilius y Antulla, nombres de probable origen etrusco. Algunos tratadistas afirman que puede traducirse como “aquel que es digno de alabanza, inestimable”. El nombre fue ya usado entre los romanos, pues Marco Antonio, emperador de Roma y amante de Cleopatra ya lo usó. También fu nombre de varios santos.

En el “Archivo General Militar de Segovia” se guarda los expedientes de los oficiales: Juan de la Cruz de San Antonio, Veterinario, año 1851; Antonio María de San Antonio Figueroa, Milicias, año 1845; Pedro de San Antonio Figueroa, Milicias, año 1837; Demetrio de San Antonio García, Infantería, año 1866, y Conde San Antonio, año 1804. Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, tomo letras S-Z, página 1554, recoge para este apellido: En campo de oro, un árbol, de sinople, terrasado de lo mismo.