La mitología Nórdica asocia las auroras con la hermosa diosa Freya, hija de Njord y la gigante Skadi. Freya era la diosa de la belleza y el amor, así como también de las batallas y la muerte.
El Viernes fué nombrado por ella. A ella siempre la representan usando su collar famoso, llamado Brisingamen, que le dieron los enanos. Su hermano era el dios del Sol Freyr.
En una historia, un hombre se ofrece para reconstruir la pared de los dioses si le dan a Freya como esposa, así como también al Sol y la Luna. Los dioses aceptaron , pensando que era imposible reconstruir la pared en seis meses. Sin embargo, el hombre casi tenía terminada la pared y quedaban solo tres días. Loki engañó al hombre, y el hombre no pudo terminar la pared a tiempo. Freya quedó libre del control del hombre.
Freya es la diosa nórdica de la sexualidad y del liderazgo. Se la pone junto a Frigga, otra diosa de ese panteón de los germanos y escandinavos, cuya energía femenina es más madura. Ambas constituyen aspectos de la Gran Madre. A Freya la llamaban joven lujuriosa y su nombre corresponde al sexto día de la creación; es decir, viernes, el día que para la astrología, a través de Venus, está relacionada con el amor, la vitalidad erótica y el romanticismo. Es así que los comienzos del fin de semana son muy auspiciosos para el amor. Líder de las Valquirias, era la deidad femenina que más recibía plegarias de amor. Diosa de la magia, fue la primera que llevó los oráculos a los países nórdicos. También representaba una versión de fertilidad y una conexión con la muerte. Su manifestación es la libertad vital y la regeneración. Cuando aparece vestida solo con un collar de ámbar, ningún hombre puede resistir sus encantos. La sexualidad unida con la creación es un impulso vital a la creatividad, produce un despertar del cuerpo con mucho placer y energía. Además, permite ejercer un rol de líder y es fuente de inspiración para los demás.
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