La universalidad del nombre de María ha hecho que se desarrolle en todas las lenguas y en todas las culturas cristianas, musulmanas y judías, lo que ha dado lugar a una gran multiplicidad de las formas de este nombre. Entre las mas singulares y entrañables esta la de Mireya, procendente del provenzal Mireio (no femenino en a). Según Mistral esta forma procede directamente del hebreo Miriam, que se usa todavia en las familias judías. En provenza esta muy extendido su uso incluso en la forma original Mireio. Y desde ahi se ha extendido por toda Francia con la forma Mireille, y por España con la grafia Mireya. La grafia francesa induce a emparentar el nombre con Miroir y demás palabras de la raíz "mirar" que desembocan en "espejo", "maravilla", etc. pero es mucho mas sólida su procedencia de la forma hebrea de María. Las Mireyas celebran su onomástico el 15 de agosto, la festividad mas grande de María, la gran forjadora de la mujer en el universo cristiano. Las Mireyas además de gozar de un bellísimo nombre, tienen todo lo que este significa, la síntesis de todos los valores por los que ha luchado la mujer a lo largo de estos dos milenios en la cultura que denominamos, humanismo cristiano. Es forzoso reconocer que si a traves de la figura de María no se hubiese ido forjando y labrando un ideal de mujer libre (la virginidad fue el paradigma de la libertad aunque nos cueste creerlo) y de madre también libre (en un momento en que era muy poco lo que escapaba a las formas omnipresentes de la esclavitud),si no hubiese sido porque el mundo cristiano forjo en María su ideal de mujer y madre, no estaría hoy donde esta la mujer occidental. Hay que felicitarse, pues, de las excelencias y de la virtud de un nombre que tiene tanta, especialmente en una forma tan dulce como la de Mireya.
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