Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normando que comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía de lepra. Fue escudero y chambelan del rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la corona de Castilla a través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y cronistas del viaje en "Le Canarien", y dos nativos canarios capturados por expediciones castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando solo cincuenta y tres.
Su nombre permanece en el topónimo de la antigua capital de Fuerteventura, Betancuria. Tras la conquista muchos aborígenes (así como también moriscos) serían bautizados con el apellido del normando. Actualmente encontramos en Canarias numerosas variantes del mismo: Bethancur, Bethencur, Betancur, Betencur, Betancour, Betancourt, Betencour, Betencout, Bethancor, Bethencor, Bethencourt, etc. Estos apellidos se hallan presentes también en numerosos descendientes de la población canaria que emigraron al nuevo mundo. Ejemplos característicos son los presidentes de Venezuela y Colombia, Rómulo y Belisario Betancourt.
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