Se piensa que el fundador de la ciudad de Buga, Giraldo Gil de Estupiñán fue quien dio origen al apellido en Colombia, ya que se sabe que este vivió en Santiago de Arma y se casó con Doña Francisca Pareja y que sus hijos adoptaron como apellido el ore de su padre.
En Santiago también se radicó una parte de la descendencia de Don Melchor Henao Rengifo, quien se ha comprobado era descendiente directo de Francisca Coya, hija del Inca Huayna Capac. Francisca se casó con el conquistador Español Diego de Sandoval y fueron a vivir a Quito en donde nació su hija Eugenia Sandoval Coya quien desposó con Gil de Rengifo, una de sus hijas se casó a con Vicente Henao Tamayo en Anserma, Colombia y parte de cuya descendencia fue a vivir a Río Negro en donde una de sus descendientes casó con Don Tomás Giraldo.
Juan Giraldo Lobo nació en Santiago de Arma, hoy Rió Negro, Antioquia, al posiblemente en la primera década del 1.600; su hijo Francisco Manzueto Giraldo Pareja fundó la población de Marinilla, también en Antioquia, de la descendencia de este caballero se conoce poco, pero suponemos que Joaquín Giraldo, quien llegó en el siglo XIX a Don Matías, un pueblo vecino, debía ser descendiente de este. Joaquín, según contaban nuestros abuelos, llegó muy joven a Don Matías, nunca contó de donde venía, ni quienes eran sus padres, se casó con María del Rosario Valencia con quien, sabemos tuvo un hijo varón de nombre Epifanio, mi bisabuelo.
Mi abuelo quien se firmaba Antonio J. Giraldo C. Nació en Don Matías a finales del siglo XIX, fundó una extensa familia en Pereira junto a mi abuela Ana Arango, entre sus hijos se cuenta Guillermo Giraldo Arango, médico oftalmólogo y dirigente político, Oscar Giraldo Arango, uno de los pioneros de la radio en Colombia, Héctor Giraldo Arango, reconocido empresario y Jairo Giraldo Arango, también destacado comerciante de la ciudad de Pereira, el único que sobrevive de los varones.
La literatura consultada da cuenta los que el “apellido Giraldo lo llevan personas de orgullo y arrechas”.
Dinastía Inca:
1. Manco Capac, el fundador del Imperio e iniciador de la dinastía, de cuyo origen casi nada se sabe. “La historia incaica tuvo su origen en el mito y continúa en la leyenda”, ha dicho Victor W. Von Hagen. La leyenda tiene a Manco Cápac por hijo del Sol, pero la crónica un tanto inventada lo presenta con Garcilaso de la Vega como “indio de buen entendimiento”, urdidor del mito de los hijos del Sol” para granjearse el respeto de las gentes que sometió a su autoridad”. El año de iniciación del Imperio es incierto, pero hay relativa coincidencia en que pudo ser el 1021, cuando también Manco Cápac fundaría la ciudad de Cuzco como capital imperial. Sea de todo esto lo que fuera, la sucesión dinástica, siempre de padre a hijo, continúa así:
2. Sinchi Roca.
3. Lloque Yupanqui.
4. Mayta Capac.
5. Capac Yupanqui.
6. Inca Roca, “el primer monarca del Tahuantinsuyo (Im-perio de los Incas) que añadió a su nombre el título de Inca (equivalente al de Emperador) y lo usó oficialmente”
7. Yahuar-Huac Inca.
Linaje inca en Anserma 3/7
8. Viracocha Inca, “con quien termina el período medio y la era legendaria de los Incas”.
9. Pachacutec Inca Yupanqui, de quien se ha dicho que es “el más grande hombre que ha producido la raza aborigen de América” . Su tiempo de gobierno fue entre 1438 y 1471, siendo el año de su acceso al poder, 1438, “la primera y más antigua de las fechas de la historia precolombina de América en la cual todas las fuentes coinciden”.
10. Inca Tupac Yupanqui, definido por sus conquistas como “El Alejandro Magno del Nuevo Mundo”. Gobernó entre 1471 y 1493 y fue su mayor afán la anexión del Reino de Quito al imperio de los Incas, que a su muerte dejó inconclusa.
11. Huayna Capac Inca, quien gobernó desde 1493 hasta su muerte en 1525 (o 1526), cuya hazaña mayor fue el remate de la conquista del Reino de Quito que anexó a su imperio. Antes de su muerte Huayna Cápac dividió en dos el imperio: el norte, con Quito como capital, para su hijo Atahualpa, y el sur, capital Cuzco, para su hijo Huáscar. Esta fue la causa de posterior ruina del Imperio de los Incas, pues los dos hermanos no tardaron en enfrentarse en guerra fratricida. Huáscar murió a manos de sus adversarios causándose la desmoralización y dispersión de su ejército. Y en cuanto a Atahualpa, poco le duró la victoria. Llegados los españoles a sus dominios, con Francisco Pizarro a la cabeza, pusieron en juego artimañas de fingida cordialidad con el Inca, hasta lograr apresarlo y ahuyentar a su pueblo con los caballos y la pólvora que a los nativos les causaban pánico. Saciada la codicia de un jugoso rescate en oro que al Inca le exigieron para respetarle la vida, Pizarro y sus consejeros, entre ellos el sacerdote Valverde, incumplieron su palabra
dizque de caballeros y cristianos. El 29 de Agosto de 1533 el indefenso Atahualpa fue miserablemente conde-nado a la hoguera. Y, “oscureció en la mitad del día”, como dice Benjamín Carrión. Al morir el último Inca, el Imperio de los hijos del Sol cayó en la noche de su extin-ción.
Huayna Cápac, según consenso de cronistas, “dejó una nume-rosísima descendencia”, obviamente de más hijos naturales que legítimos por cuanto la holganza con concubinas era bien de su agrado. De los hijos varones, sobre todo si alcanzaron a tener figuración como Huáscar, legítimo y Atahualpa, ilegí-timo, es menos difícil precisar origen materno. De las mujeres es más complejo. Se ha podido establecer que Francisca Coya fue una de las hijas del Inca, pero en cuanto a la madre varían las opiniones: para algunos, Francisca es legítima como hija de la Coya-esposa, mientras que, para otros, fue hija de con-cubina. De todas maneras, a los hijos del Inca no se les bus-caba pleito de origen materno: eran hijos del Inca, y basta.
Después de la muerte de Atahualpa a manos de los españoles, a algunas de sus hermanas, hijas también de Huayna Cápac, su pueblo en fuga quiso protegerlas de la lascivia de los “bar-budos”. Intento vano para Francisca, entre otras, de quien se adueñó el conquistador Diego de Sandoval. Y así podemos continuar con una trayectoria genealógica que con funda-mento en el libro Las Coyas y Pallas del Tahuantinsuyo, de Fernando Jurado Noboa, es como sigue:
1. Huayna Cápac, el Inca = 2) Francisca Coya (hija del Inca), mujer del conquistador español Diego de Sandoval. = 3) Eugenia Sandoval Coya (nieta del Inca), nacida en Quito en 1536, legitimada por el Rey, esposa del español Gil de Rengifo, de quien sólo tuvo una hija que; fue: = 4) María Rengifo Sandoval (bisnieta del Inca), nacida en Anserma, esposa del español Vicente Henao Tamayo (hermano del Linaje inca en Anserma 5/7
canónigo Melchor Henao, quien llegó con el primer obispo de Popayán, don Juan Del Valle). = 5) Melchor Henao Rengifo (tataranieto del Inca), quien nació en Anserma hacia 1572 y en Cali contrajo matrimonio, hacia 1609, con María Vivas. = 6) Gregorio Henao Vivas (Chozno o nieto cuarto del Inca), nacido en Cali hacia 1610, quien se mudó a la ciudad de Antioquia donde contrajo matrimonio con Jacoba Vásquez Guadramiros.
A partir de Gregorio Henao Vivas (el chozno del Inca), es fácil seguir la descendencia en las Genealogías de Antioquia y Caldas, de don Gabriel Arango Mejía. Así, por ejemplo: 7) Gregorio Henao Vásquez, hijo de Gregorio y Jacoba (nieto quinto del Inca), de quien nos dice el genealogista que “se radicó en el valle de Rionegro, en donde falleció en sep-tiembre de 1687”. Fue casado con Juana Losada Zerpa, y de sus varios hijos (nietos sextos que vienen a ser del Inca), cabe hacer mención de Josefa, esposa de Juan José Villegas; Juan, esposo de Mauricia Giraldo; Juana, esposa de Antonio Salazar, y María, esposa de Tomás Giraldo.
Numerosa es ya la descendencia antioqueña proveniente de los sextos nietos del Inca Huayna Cápac.
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