Apellido, relativamente frecuente y repartido por España, si bien se registra, sobre todo, en Madrid y Valencia, siendo muy notable su presencia en Cuenca, Barcelona, Granada, Málaga, Ciudad Real, Alicante y Albacete. En general, procede de lugares llamados Solera, principalmente, de la localidad de Solera (Cuenca), o de Solera (Jaén). En Catalunya, donde familias Solera son citadas con casas en Guissona (Lleida), Maçoteres (Lleida), etc., ya en el “fogatge” del año 1553, deriva este apellido, según señala Moll en su obra “Els Llinatges Catalans”, del apodo –solera-, en el sentido de “viuda de Soler”. El nombre de Solera (Cuenca) es un derivado del sustantivo –solana-, “lugar donde da el sol todo el día”. Hubo, por tanto, distintas familias Solera, no emparentadas entre sí. Entre las familias que repoblaron el antiguo Reino de Valencia las hubo del apellido Solera, levantando casas en la ciudad de Valencia (1354-1373) y en Palma de Gandía (1373). María Solera (en nombre de sus hijos Isidro y José Esteban Solera), vecina de Madrid y originaria de La Puebla de Montalbán (Toledo), vio reconocida su hidalguía en 1781 ante la Real Chancillería de Granada. Federico de Vargas y Díez de Bulnes Matheus y Solera se cruzó Caballero de la Militar Orden de Santiago en 1857.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para Solera: En azur, tres bandas de oro. Bordura de oro con cuatro manos de carnación cortadas y ensangrentadas y cuatro aspas de azur, alternando.
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