Apellido de origen patronímico, relativamente frecuente y repartido por toda España, con sus principales asientos en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Toledo, Las Palmas de G.C., Jaén y Zamora. Existe el plural familiar Alejos, menos frecuente. Procede del nombre de bautismo Alejo, derivado del nombre personal tardo-latino Alexius, popularizado por un santo de la Edad Media. El nombre Alexius es una variante latina del griego Aléxios, formado de la voz –alekso-, “defender” y también “rechazar”, que igualmente encontramos en Alejandro.
Hubo, por tanto, distintas casas del apellido Alejo, no emparentadas entre sí. Diego Alejo, natural de Valladolid, pasó a Nueva España (México) en 1528. Antonio Alejo de Paz y Guzmán, natural de El Toboso (Toledo), ingresó en los colegiales del Mayor de San Ildefonso y menores de Alcalá (de Henares), en 1622. Ante la Real Chancillería de Granada probó su hidalguía, Matías Fernández Alejo, vecino de Cádiz, en 1772. En el Archivo General Militar de Segovia se guardan los expedientes de los siguientes oficiales, entre otros de apellidados Alejo: Francisco Alejo, Infantería, 1815, “Persona Honrada”; Gabriel Alejo, Infantería, 1808, Noble; Luis Felipe Alejo Bonache, Artillería, 1851, y Manuel Alejo González, Infantería, 1768.
Armas.- El "Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para Alejo, entre otras: En campo de plata, un árbol, de sinople, y atado a su tronco un perro de su color.
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