Apellido, bastante frecuente y repartido por toda España, si bien se registra sobre todo en Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Madrid, País Vasco, Barcelona, Valencia y Andalucía, procedente, en general, de aquellos lugares y poblaciones llamadas San Pedro que existen en nuestro país, cuyo nombre adoptaron los progenitores de las familias hoy así apellidadas, según fue costumbre muy extendida en la Edad Media para indicar el origen geográfico de los individuos. Hubo, por tanto, distintas casas solares de este apellido, no emparentadas entre sí. Ante la “Real Chancillería de Valladolid” probaron su nobleza, entre otros de este apellido (antiguamente se escribía San Pedro): Alonso de San Pedro, vecino de Simancas (Valladolid), en 1525; Alonso de San Pedro, vecino de Olías (Toledo), en 1593; Antonio de San Pedro, vecino de Logroño, en 1568; Gregorio de San Pedro, vecino de Lerma (Burgos), en 1553, y Gaspar San Pedro, vecino de Valladolid, en 1590. Igual probanza de nobleza hicieron ante la “Real Chancillería de Granada”, Alonso, Beltrán y Diego de San Pedro, vecinos de Toledo, en 1623. Otros San Pedro o Sampedro hicieron pruebas de nobleza para ingresar en algunas de las antiguas Órdenes Militares, como las de Alcántara, Calatrava, Santiago y Carlos III.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, tomo letras S-Z, recoge para Sampedro: En campo de gules, un lienzo de muralla, de oro, almenado y mazonado, de sable.
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