Apellido catalán, variante del muy antiguo y extendido apellido Soler. La aparición del apellido Solé es posterior al siglo XVI, pues hasta entonces se escribía como Soler, generándose la forma de escritura Solé por pérdida de la letra –r- final de Soler, ya que al ser ésta átona en lengua catalana al final de palabra, en muchos casos, se omitió su escritura.
El apellido Soler radicó, desde muy lejanos tiempos, en Catalunya, desde donde pasó a Aragón, Valencia y Baleares. El origen de Soler (y Solé) está en el nombre de aquellos lugares que en Catalunya se llaman Soler. Una antigua casa hubo en la ciudad de Manresa (Barcelona), en el lugar llamado “Soler de la Plana”, del que salieron muchas de las ramas del apellido.
Otras notables casas hubo Barcelona, Villafranca del P., Sitges, Lleida y Vilamajor. En el “Nobilairi del Reial Cos de la Noblesa de Catalunya, de don Armand de Fluvià, son numerosos los Soler citados como nobles. Ya como Solé, de una casa que hubo en Barcelona descendió por los años de 1800 el médico y político Joan Solé Pla, presidente de la "Unió Catalanista" y del "Comité de Hermandad para los Voluntarios Catalanes", de la guerra de 1914-1918.
También de Barcelona fue el pintor Miquel Solé Llobet, que presentó sus obras en la Exposición celebrada en dicha ciudad en 1898. Otras casas de Solé hubo en el Principado de Andorra.
Armas.- Unos Solé trajeron, según el “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”: En plata, un caballero, en su color, atravesado de una espada, y con una bandera en la mano.
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