Este apellido es una apellido de los plebeyos.

El apellido Huasupoma es oriundo del distrito de Manás, provincia de Cajatambo, departamento de Lima. Probablemente se empezó a usar este apellido, a principios del siglo XIX; y es posible que lo haya “inventado” un español o descendiente de españoles, que poseían tierras y minas en esa región. El año 1953, tuve acceso a un documento que estaba en poder de mi tío Jeremías Huasupoma Chávez, en el que se leía (aproximadamente) lo siguiente: “. El año 1866, N. N. (un español que regresaba a su patria después de la consolidación de la independencia del Perú), deja como propietario a Manuel Huasupoma, (su capataz y administrador) extensas tierras de cultivo en Manás, con herramientas, casa hacienda, animales de carga y tiro con sus respectivos aperos, una treintena de trabajadores, así como también otra gran extensión de tierras denominada “Pamplona” en donde existe, en explotación, una rica mina de plata… y tierras de cultivo.” No es de extrañar que Manuel Huasupoma haya sido un sirviente muy leal y de gran confianza, como para cederle esas propiedades; y es muy probable, también, que haya nacido entre la gente de su servidumbre y que de alguna manera se ganó la absoluta confianza del español. Y, siguiendo mis especulaciones, debo creer que también haya sido el mismo patrón quien le puso el nombre de Huasupoma a su sirviente leal.
En quechua de la región, Huasu, Huaso o guaso significa arisco, indomable, cerril; y poma, viene a ser una deformación de “puma”, aceptada en nuestra lengua quechua o castellana, por lo que creo que Huasupoma quiere significar: “puma indomable”. Hay quienes sostienen que Huasupoma, significa “casa de león” y pretenden derivarlo de Huasi/casa y puma/león; pero, para el quechua hablante, es más común deformar las vocales “o” en “u”, que “i” en “u”, por ello sostengo esta definición; sin embargo, espero que algún Huasupoma estudioso de su apellido, haya encontrado otra definición y gustoso agradeceré incremente o modifique lo que estoy esbozando.
Gracias.
Lima, octubre del 2009

César Augusto Huasupoma Vivar